Cercanos al 125 aniversario del Año de los Tiros (4 de febrero, 1888-2013), ponemos al alcance de los lectores la obra casi desconocida de D. Juan Cornejo Carvajal “LOS HUMOS DE HUELVA”.
Juan Cornejo Carvajal, según consta en el Archivo Municipal de Zalamea la Real, nació en la calle Pie de la Torre el día 23 de marzo de 1864 a las 11 de la mañana. Miembro de una familia acomodada (sus abuelos, tanto paternos como maternos, eran destacados hacendados), sus ascendientes hunden sus raíces en Zalamea la Real (no olvidemos que sus apellidos mantienen una arraigada tradición en la localidad), destacando entre sus hermanos, María, Esperanza y Jesús, el papel del mayor, D. Honorio Cornejo Carvajal, Vicealmirante y Ministro de Marina durante la Dictadura del General Miguel Primo de Rivera.
El Padrón de habitantes del año 1865 nos indica que su familia no aparece registrada en la dirección en la que vivían desde 1860 (calle Cruz, número 3), y es por tanto cuando se puede encontrar que a partir de este año reside en Madrid, puesto que su padre, José Natalio Cornejo, abogado de profesión, se marcha a la capital en busca de trabajo. Allí suponemos que estudió periodismo, siendo con 26 años un periodista consolidado en la capital de España, hasta el punto que muchos autores lo catalogaban como “periodista madrileño”, por su prolífera pluma escribiendo asiduamente en los diarios madrileños.
Consecuente con los problemas de su tierra natal, de la que nunca se desvinculó, se alineó con aquellos que lucharon contra las calcinaciones al aire libre en las minas de Riotinto a través de la publicación de numerosos artículos en prensa en los diarios “El Clamor”, “El Reformista” y “Diario de Huelva” bajo el seudónimo de Cornouiller, convirtiéndose así en un antihumista más. De esta manera heredaba el espíritu de su padre, José Natalio Cornejo, que había ejercido de abogado de varios de los ayuntamientos de las localidades afectadas y de algunos particulares, elevando las quejas pertinentes al Gobierno por las nefastas consecuencias derivadas del proceso de las calcinaciones.
A finales del siglo XIX, los medios de comunicación tenían un papel social importante mediante la información y, en 1892, se publica en Madrid un folleto de este periodista zalameño, D. Juan Cornejo Carvajal donde exponía cómo la prohibición de las “teleras” donde se calcinaban las piritas de cobre de las minas de Riotinto, se había conseguido gracias a las quejas reiteradas del vecindario y a una violenta campaña de prensa; dicha obra llevaba por título “LOS HUMOS DE HUELVA”, cuya edición que presentamos se editó en el establecimiento tipográfico del Diario, sito en la calle Puerto 46 de Huelva.
El libro es una colección de artículos que se publicaron en estos diarios y viene acompañado de fotograbados y biografías de personajes en pro de la causa tales como Talero, Albareda, Romero Robledo, Conde Gomar, García Castañeda, etc., que se distinguieron por la defensa de la causa de los pueblos.
Otros datos sobre nuestro ilustre personaje (aunque son escasos y salteados en el tiempo) indican su acercamiento a la política y su vinculación con el Partido Reformista de Melquiades Álvarez desde su fundación en 1912, compartiendo experiencias con otros importantes militantes del reformismo inicial como Manuel Azaña, José Ortega y Gasset, Fernando de los Ríos o Benito Pérez Galdós. Ese mismo año sería designado vicepresidente de la Junta provisional de este partido, en el Distrito de Palacio de Madrid. Consolidando su posición política cuando se presentó por la Conjunción Republicano-socialista (como miembro del Partido Republicano Reformista) por el distrito de Palacio, en Madrid, en las elecciones de 1913.
Por otra parte, destaca su labor como taquígrafo y la publicación de la obra “Reseña histórica del arte taquigráfico” en 1889, resultado de su labor asidua en 50 años reuniendo más de 500 obras de taquigrafía española y extranjera, la cual donó a la Biblioteca Nacional costeando él mismo la edición, convirtiéndose así como la única obra de la historia de taquigrafía que se había publicado en España. Posteriormente fue miembro de la Sección central del Instituto Hipanoamericano de Taquigrafía, desde donde impulsó el estudio de la técnica y motivó fervientemente a los interesados al uso de la taquigrafía.
Es de reconocido derecho dar a conocer una de sus obras tan relacionada con la historia de nuestra Cuenca Minera.
Juan Cornejo Carvajal, según consta en el Archivo Municipal de Zalamea la Real, nació en la calle Pie de la Torre el día 23 de marzo de 1864 a las 11 de la mañana. Miembro de una familia acomodada (sus abuelos, tanto paternos como maternos, eran destacados hacendados), sus ascendientes hunden sus raíces en Zalamea la Real (no olvidemos que sus apellidos mantienen una arraigada tradición en la localidad), destacando entre sus hermanos, María, Esperanza y Jesús, el papel del mayor, D. Honorio Cornejo Carvajal, Vicealmirante y Ministro de Marina durante la Dictadura del General Miguel Primo de Rivera.
El Padrón de habitantes del año 1865 nos indica que su familia no aparece registrada en la dirección en la que vivían desde 1860 (calle Cruz, número 3), y es por tanto cuando se puede encontrar que a partir de este año reside en Madrid, puesto que su padre, José Natalio Cornejo, abogado de profesión, se marcha a la capital en busca de trabajo. Allí suponemos que estudió periodismo, siendo con 26 años un periodista consolidado en la capital de España, hasta el punto que muchos autores lo catalogaban como “periodista madrileño”, por su prolífera pluma escribiendo asiduamente en los diarios madrileños.
Consecuente con los problemas de su tierra natal, de la que nunca se desvinculó, se alineó con aquellos que lucharon contra las calcinaciones al aire libre en las minas de Riotinto a través de la publicación de numerosos artículos en prensa en los diarios “El Clamor”, “El Reformista” y “Diario de Huelva” bajo el seudónimo de Cornouiller, convirtiéndose así en un antihumista más. De esta manera heredaba el espíritu de su padre, José Natalio Cornejo, que había ejercido de abogado de varios de los ayuntamientos de las localidades afectadas y de algunos particulares, elevando las quejas pertinentes al Gobierno por las nefastas consecuencias derivadas del proceso de las calcinaciones.
A finales del siglo XIX, los medios de comunicación tenían un papel social importante mediante la información y, en 1892, se publica en Madrid un folleto de este periodista zalameño, D. Juan Cornejo Carvajal donde exponía cómo la prohibición de las “teleras” donde se calcinaban las piritas de cobre de las minas de Riotinto, se había conseguido gracias a las quejas reiteradas del vecindario y a una violenta campaña de prensa; dicha obra llevaba por título “LOS HUMOS DE HUELVA”, cuya edición que presentamos se editó en el establecimiento tipográfico del Diario, sito en la calle Puerto 46 de Huelva.
El libro es una colección de artículos que se publicaron en estos diarios y viene acompañado de fotograbados y biografías de personajes en pro de la causa tales como Talero, Albareda, Romero Robledo, Conde Gomar, García Castañeda, etc., que se distinguieron por la defensa de la causa de los pueblos.
Otros datos sobre nuestro ilustre personaje (aunque son escasos y salteados en el tiempo) indican su acercamiento a la política y su vinculación con el Partido Reformista de Melquiades Álvarez desde su fundación en 1912, compartiendo experiencias con otros importantes militantes del reformismo inicial como Manuel Azaña, José Ortega y Gasset, Fernando de los Ríos o Benito Pérez Galdós. Ese mismo año sería designado vicepresidente de la Junta provisional de este partido, en el Distrito de Palacio de Madrid. Consolidando su posición política cuando se presentó por la Conjunción Republicano-socialista (como miembro del Partido Republicano Reformista) por el distrito de Palacio, en Madrid, en las elecciones de 1913.
Por otra parte, destaca su labor como taquígrafo y la publicación de la obra “Reseña histórica del arte taquigráfico” en 1889, resultado de su labor asidua en 50 años reuniendo más de 500 obras de taquigrafía española y extranjera, la cual donó a la Biblioteca Nacional costeando él mismo la edición, convirtiéndose así como la única obra de la historia de taquigrafía que se había publicado en España. Posteriormente fue miembro de la Sección central del Instituto Hipanoamericano de Taquigrafía, desde donde impulsó el estudio de la técnica y motivó fervientemente a los interesados al uso de la taquigrafía.
Es de reconocido derecho dar a conocer una de sus obras tan relacionada con la historia de nuestra Cuenca Minera.
Dicha obra se puede conseguir a través de: http://www.librosagotados.es
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