Emilio Romero. A través de unas fotografías
inéditas, tuve la oportunidad de ponerme en contacto con un descendiente
de esa familia, el cual me facilitó ciertos datos del apellido Verdier, así como las fotografías inéditas mencionadas.
Remontándonos al siglo XVIII, nace más concretamente en 1793 en el pueblecito francés de Lacroix-Barrez (provincia de Aveyron) Jean Baptiste Verdier.
En esa época, como muchos varones, fue incorporado en el ejército de las tropas napoleónicas,
el cual estaba haciendo la guerra a casi toda Europa. En su cruzada por
la invasión de España. Salieron andando desde Francia hacia la
península Ibérica, hasta llegar a Andalucía. Resultó herido en la
batalla de Niebla y pudo huir, hasta esconderse y desmayarse, a unas
viñas cercanas a Bollullos del Condado.
En dichas viñas fue rescatado por un médico de la localidad (Don Celestino Martín), el cual lo llevó a su casa, donde lo curó y lo mantuvo hasta el final dela guerra.
Aquí es donde empieza el origen del apellido Verdier en Huelva,
ya que Juan Bautista (así se hizo llamar en España) se casó con la hija
de Don Celestino Martín, Mercedes Martín; jamás volvió a Francia aunque
mantuvo contacto con su familia a través de cartas, de tal modo que
siguieron en contacto una generación tras otra.
De dicho matrimonio nacieron seis hijos: Pedro,
Antonio, Celestino, Juana, María Mercedes y María Josefa Verdier Martín.
Juan Baustista Verdier falleció el 6 de octubre de 1858.
Los Verdier de Huelva y los de Francia llegaron a establecer
un canal de negocios hacia finales del siglo XIX con la comercialización
del vino blanco. Esto fue a causa de que Andalucía aprovechó
la existencia de una plaga en la uva francesa, el llamado “Mildiou”
(plasmapora vitícola) que apareció en 1878 y que acabó con todas las
viñas francesas. En esos tiempos, cada mesa francesa disponía de una o
varias botellas de vino y tuvieron que buscar otra procedencia, por eso
los Verdier de Huelva y Francia reanudaron los enlaces para exportar
hacia Francia los vinos del condado.
Hacia 1898, los Verdier de Lacroix-Barrez iniciaron una visita a Huelva,
donde permanecieron con sus familiares descendientes cerca de un año,
estableciendo bodegas en La Palma del Condado y en San Juan del Puerto.
Las bodegas a nombre de Verdier desaparecieron en 1905 al menos. A
finales del siglo XIX, las firmas francesas Verdier, en Bollullos y en
La Palma, y Ribeill en San Juan del Puerto desarrollaron importantes
negocios de vinos ligeros, de poca graduación, que se exportaba a
Francia. Pero esto fue un negocio circunstancial que no duró muchos
años”…
Se nota que el negocio vinatero de los Verdier (en La Palma, al menos) se vino cualitativamente abajo a principios del siglo XX,
lo que les obligó a irse deshaciendo paulatina de todo su patrimonio
acumulado en el citado pueblo, así como bodegas, almacenes, corrales y
dependencias…, chimenea incluida. Por último los Verdier instalaron una
bodega en San Juan del Puerto en 1906, es decir, cuando cerró la de La
Palma (según consta en la guía comercial de Huelva y su provincia de
1906).
Autorretrato del fotógrafo, tomado en Huelva en 1899. Jeanne Verdier. ©
En este viaje, Pierre Leonard Verdier era acompañado por su esposa Jeanne, la cual tenía una afición muy moderna: La Fotografía (de ahí han podido llegar hasta nuestros días este patrimonio hasta nosotros gracias a uno delos últimos descendientes de esta familia Philippe Verdier).
Agradecimiento a Philippe Verdier por el aporte de anotaciones y las fotografías de familia.
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