La
donación consiste en un álbum de gran formato que contiene 165
fotografías originales en papel, de distintas medidas en blanco y
negro, aunque hay 2 fotos coloreadas y 4 postales en color.
Redacción. Recientemente en la “Victorian House”, muy cerca de su residencia en el pasado (Bella Vista nº 46), Peter Stanley Tong ha
donado un álbum de fotografías históricas que serán integradas en el
conjunto patrimonial de documentación en imagen que el Archivo Histórico
Minero de Fundación Rio Tinto custodia para su difusión cultural y uso
público.No es la primera vez que Mr. Tong visita Rio Tinto, y no será la última, ya que Peter es uno de los ingleses nacidos en Minas de Riotinto y su añoranza recurrente le hace volver.
La historia de su familia en las minas se remonta a 1926 cuando su padre, Walter Stanley Tong nacido el 19-04-1899 en Bolton (Lancashire), llega con 27 años, contratado como topógrafo por la Rio Tinto Company Limited para trabajar en el departamento Corta Filón Sur. En 1933 fue nombrado jefe adjunto de Corta Atalaya y cuando fue clasificado como ingeniero de minas en 1935 fue nombrado jefe de Corta Atalaya. Su viaje de regreso a Inglaterra se produce el 10 de julio de 1955, cuando ya las minas son gestionadas por la Compañía Española Minas de Rio Tinto.
Llegó junto con su esposa Katherine Doris y tres años después de estar en Riotinto nace su primer hijo Michael (1-11-1929), y tres años después en el Hospital de Riotinto nace, el depositario de las fotos, Peter Stanley (23-11-1932).
La familia Tong participó activamente en los actos sociales, culturales y deportivos de la comunidad británica de Bella Vista, como se puede comprobar en las fotografías digitales donadas. Escenas de fiestas en el English Club Rio Tinto, como las celebraciones de coronaciones de los reyes Jorge V y Jorge VI, celebraciones personales, jornadas de golf, actividades lúdicas, picnics, excursiones a Punta Umbría, al Zumajo, etc.,nos acreditan fielmente la vida social y familiar del staff británico de Riotinto.
Pero sobre todo las fotografías originales nos muestran fielmente el estado de los trabajos en distintas épocasen las cortas (Filón Sur, Atalaya y Filón Norte), instalaciones, edificios industriales y maquinaria (transportes, pozos, “scrapers”, perforadoras Cyclone, fundición, camiones Euclid, incluso el momento de la sustitución de excavadoras de vapor por eléctricas,almacenaje y clasificación en Zarandas para embarque, ferrocarril, descarrilos, trabajadores en faena (saneadores, perforadores, contineros, etc.), personal (Sánchez Mora, Julian, Drewitt, O’sullivan, Tong, etc.),pueblos, etc.
Tanto tiempo en Riotinto adquiere, además de un marchamo cultural, un bagaje sentimental que ahora Peter ha podido comprobar en su último viaje. Tras más de 70 años sin verla, pudo reencontrarse con la que fue la sirvienta de su familia en el barrio victoriano de Bella Vista allá en los años 30, doña Rocío Barrial, que a sus 88 años, cuatro mayor que él, recuerda “con añoranza todas sus experiencias con la familia británica como si el paso del tiempo no haya existido para ella”.
La donación consiste en un álbum de gran formato que contiene 165 fotografías originales en papel, de distintas medidas en blanco y negro, aunque hay 2 fotos coloreadas y 4 postales en color. Algunas recortadas y formando composiciones. Las medidas varían desde muy pequeño tamaño 2,7x 4,1 cms. hasta composiciones grandes de 44×13 cms., siendola medida más usual la de 8,4 x 5,6 cms.
En cuanto a la cronología la mayoría son de los años 30, aunque hay algunas anteriores y otras posteriores coincidiendo con el periodo de estancia de la familia Tong en Rio Tinto hasta 1955.
Además también nos fueron facilitadas 647 fotografías en formato digital de menor calidad en cuanto a su resolución en bits, que incluye algunas de las fijadas en el álbum mencionado, pero sobre todo las de carácter familiar que no están incluidas como fotografías originales en el álbum.
Así pues estas imágenes de la vida personal y cotidiana en Bella Vista de esta familia, así como la visualización de los lugares del trabajo son imprescindibles para la descripción del patrimonio industrial.
La fotografía por tanto como instrumento de trabajo, se convierte en el documento más fidedigno para la captación de la realidad. Y como tal será un excelente aliado para documentar el patrimonio industrial, como testimonio tanto de los edificios e instalaciones arquitectónicas e ingenieriles,como de la vida cotidiana.
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