Henry Doetsch (31 enero 1839/25 mayo 1894) fue un
industrial nacido en Alemania que vivió en Londres.
Heinrich Moritz Doetsch (se verdadero nombre) nace en el
“Burghof” de Kärlich (casa solariega del siglo XVII que la familia tenía en
Kärlich, Mülheim-Kärlich, Weißenthurm, Rheinland) el 31 de Enero de 1839, nieto
de Johann Heinrich e hijo de Johann Balthasar Doetsch y de Anna Mannheim. Su
padre, Johann Balthasar, al que apodaban en la familia el »Grüsschen«
(Abuelito), era un jugador empedernido, hasta tal punto que en la familia contaban
como éste en 1830, después de una noche en el casino de Bad Ems, perdió casi
todas sus propiedades en el juego y volvió a casa a pie desde Bad Ems hasta
Kärlich, con su cochero (sin caballos ni carroza), hasta sin las hebillas de
plata de los zapatos. Dejó a sus dos hijos Heinrich Moritz y Caspar una
herencia cargada de deudas, lo que puede aclarar por qué cada hijo mayor de las
dos siguientes generaciones buscara trabajo en el extranjero, en España
concretamente.
El hijo mayor, Heinrich Doetsch, que sufría de una
afección pulmonar, buscó fortuna en el extranjero y cambió con 23 años el
Rheinland por Andalucía, con la esperanza de que el clima cálido del sur
mejorara su débil salud.
Heinrich llegó como un joven comerciante a Sevilla en
1862 por mediación de su tío Moritz Willmar-Doetsch de Frankfurt (hijo de
Johann Peter Doetsch, 1771–1835), el cual mantenía en España en los años 20 y
30 del siglo XIX una sucursal de la casa comercial “Wilhelm Friedrich Jaeger”
de Frankfurt y, además, mantenía relaciones mercantiles con los hermanos
Rothschild de Frankfurt (su padre Johann Peter Doetsch había fundado el
comercio en Frankfurt alrededor del 1790). Previamente Heinrich había pasado un
corto tiempo de aprendizaje en Liverpool y Londres; posiblemente ya conociera
alli al que sería más adelante su socio Willhelm Sundheim (1840-1903) de Giessen,
el cual en 1865 se afincó en Huelva y en 1866 se había casado con Justa de la Cueva y Camporedondo, hija de Don
Fernando de la Cueva y Cáceres; con ella tuvo los hijos Guillermito, Justita,
Fernando y Carlos (Carlitos). Justa provenía de la antigua familia “de la Cueva”
de La Palma del Condado, su padre era el Gobernador Don Fernando de la Cueva y
Cáceres, su abuelo el político y latifundista Don Justo de la Cueva y Vargas.
Don Jorge Rieken, también hombre de negocios residente en Huelva, había
introducido a Wilhelm Sundheim en la casa la Cueva. En 1865 se trajo Sundheim a
Heinrich Doetsch a Huelva, para fundar una firma con él: La casa comercial »Sundheim y Doetsch«.
La situación cambió con la ayuda de las actividades de
la casa comercial »Sundheim y Doetsch«, a la que la provincia y la ciudad de
Huelva debe agradecer la mayor parte de su auge. Una vez que la empresa
construye, en asociación con la casa de Londres »Matheson & Co.«, la linea
ferroviaria Zafra-Huelva (Compañía del Ferrocarril de Zafra a Huelva),
facilitando la conexión a través de la estación de Jabugo-Galaroza, de la zona
del nacimiento del Odiel, Murtiga y Huelva con la capital de la provincia,
llega el momento en que se piensa también en un mejor aprovechamiento del
mármol de la zona de Fuenteheridos que se utilizó, entre otros, para la
decoración interior de el Escorial.
En »Fuente Heridos« se encontraba Villa Onuba (hoy en
día parque público con una frondosa y especial arboleda), que era la residencia
de verano que a menudo visitaban la familia Sundheim y, más adelante, Carlos
Doetsch y su familia.
Doetsch llevó a cabo una patente en Canadá para el
proceso de extracción del cobre de su mena, registradas en septiembre de 1879,
por lo que se vio involucrado en la minería y en la producción de cobre de Río
Tinto por el llamado “proceso Doetsch”. Doetsch salió de España en el otoño de
1884, después de que él había invitado a su viejo amigo Fred Burnaby a pasar un
mes en Huelva. Unas semanas más tarde Burnaby renunció a todos sus compromisos,
y partió para el Sudán. Las tres veces que le ofrecieron el título de »Marqués
de Río Tinto« por el rey español Alfonso XII se negó Henry Doetsch. Fue
condecorado con la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. Para muchos,
Doetsch había sido un compañero de viaje de la Infanta María de la Paz y la
Infanta Eulalia de España. Henry Doetsch fue sucedido en el Grupo de Rio Tinto
por su sobrino Carlos Doetsch (1870 - 1951), quien se casó en 1902 con Justita
Sundheim de la Cueva, hija de Guillermo Sundheim y Justa de la Cueva y
Camporedondo. La pareja con los niños Mercedes y Jorge vivieron en Huelva y
Madrid.
En Londres Henry Doetsch vivió como un financiero
respetado en el 7 de la calle New Burlington. Un anfitrión generoso y soltero
notorio así como un gran coleccionista de obras de arte para lo cual abrió su
casa y una galería de arte a un público selecto e interesado. Todavía en España
Henry Doetsch comenzó a recoger las imágenes de los viejos maestros. Mantenerse
en contacto con Bernard Berenson, obras maestras de grandes pintores estaban
reunidos en la colección: Tiziano, Veronés, Reni Guido, Dolci, Lorenzo Lotto,
Vecchio Palma, Pontormo, Bronzino, Andrea del Sarto, Van Dyck, Rubens,
Brueghel, Rembrandt, Frans Hals, Wouwerman, Clouet y Holbein. Doetsch fue un
amante de puros habanos, murió de neumonía el 25 de mayo de 1894 en Londres.
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