Emilio Romero. La entidad Local Menor de Tharsis ha inaugurado las nuevas actuaciones e infraestructuras del museo minero
en la tarde del 5 de diciembre de 2014, contando con la presencia de la
corporación municipal, así como del delegado territorial de Educación y
Cultura de la Junta de Andalucía, Vicente Zarza.
Dicho museo, ubicado en las antiguas instalaciones del hospital minero, forma parte de los bienes catalogados como BIC en la zona minera de Tharsis y La Zarza.
La inscripción realizada en el CGPHA con carácter genérico colectivo
de los muebles e inmuebles de las Compañías de Cobre y Azufre de
Tharsis, S.L. y la Sociedad Francesa de Piritas de Huelva, en la
actualidad denominadas Nueva Tharsis S.A.L. y Piritas de Huelva S.A.L., dió lugar a la elaboración de la documentación técnica para la declaración como Bien de Interés Cultural, en la categoría de Sitio Histórico.
La cronología que abarca la identidad del Sitio Histórico se sitúa entre la época prehistórica, concretamente desde al menos el III Milenio, entre el 3000 y 2500 antes de nuestra era, y la actualidad,
destacando como un territorio de explotación a lo largo de distintas
etapas históricas, con intervalos o períodos de tiempo en los que la
ausencia total o casi total de explotación minera ha coincidido con un
mayor despoblamiento, elemento que se añade a otros factores que
reflejan la importancia y vinculación de la minería a las formas de vida
de las sociedades explotadoras de este territorio.
La mayor parte de los restos industriales, del paisaje minero y de la
arquitectura urbanista conservada en esta comarca minera del Andévalo, tiene su origen en la acción principalmente de esta empresa británica, The Tharsis Sulphur & Copper Co. Ltd..
Cuantiosos son los restos industriales, muebles e inmuebles,
diseminados por toda la comarca testimonios de una incesante actividad
industrial: fábricas, talleres, maquinaria, estaciones ferroviarias,
fundiciones, sistemas de “canaleos”, modelos de fundición… piezas
históricas de una forma de explotación y vida de una comarca que en
numerosos casos, además de constituir elementos primordiales para
explicar la historia minera contemporánea constituyen en sí mismas
piezas únicas y singulares al no llegarse a conservar ningún bien
duplicado de las mismas.
A su vez los testimonios arquitectónicos y la disposición urbanística (en semicírculo alrededor de las cortas a cielo abierto) marcan una profunda distinción de la comarca minera con respecto a la forma de vida andaluza o española de otras regiones,
muy peculiar y única en este entorno, con sistemas constructivos
propios de una cultura diferente a la española, que se imponen en este
territorio en base a una determinada ideología y a una determinada forma
de explotación minera.
En lo que respecta al paisaje de la comarca del Andévalo la entidad de las explotaciones,
tanto por la cualidad como por las proporciones de dichos trabajos,
conforman una panorámica singular de elevada espectacularidad: cerros
convertidos en profundos valles, colinas artificiales de escorias o de
estériles, coloraciones corintias, rojas, ocres, junto a tonos
amarillos, morados, verde-azulados, transmiten casi de forma mágica el
impacto de la mano del hombre sobre la naturaleza a lo largo del tiempo
de las sucesivas generaciones de trabajadores mineros. El medio natural transformado adquiere una dimensión de patrimonio cultural
objetivado como distintivo de un grupo, y por tanto considerado como un
elemento valioso que se debe conocer, preservar y establecer como seña
de identidad común, como forma de reconocimiento interno y externo del
propio colectivo minero.
La concatenación de la historia de esta comarca hasta la profunda crisis socio-económica que hoy le afecta constituye
importantes hitos patrimoniales a conservar en esta área andaluza donde
la cultura minera se ha desarrollado profundamente manifestándose de
forma explícita, continuada y rica e incidiendo de forma importante en
el conjunto de la cultura e historia de Andalucía.
Modelos de Fundición. A principios del siglo XX, se
hacía necesario tener repuestos y recambios de las distintas piezas de
las maquinarias, lo que se realizaba encargándolas a las centrales de
fábricas en Alemania e Inglaterra, e incluso a Francia. Esto conllevaba un sobre costo económico y dilatación en el tiempo hasta que llegaban las mismas a las minas.
Ante este contratiempo se decide, al igual que ocurrió en otras minas
de la provincia, contratar a los mejores especialistas carpinteros de
la comarca, para que realizaran las piezas, según plano, en madera y a
escala exacta, las cuales eran utilizadas para la fabricación de
los moldes correspondientes que posteriormente servían para obtener las
piezas definitivas de fundición. Estas se lograban
introduciendo las piezas de madera en un lecho de arena silícea quedando
el molde y que posteriormente eran rellenados con fundido, que una vez
alcanzado el punto de solidificación se obtenía la pieza definitiva
lista para perfilar y ajustar.
Son los únicos modelos de fundición que existen en la provincia de
Huelva, una vez que los de las minas de Riotinto desaparecieran. En las minas de Tharsis, dichos modelos fueron recogidos por los integrantes de la Asociación Luciano Escobar de los talleres,
los cuales, en años pasados eran utilizados como material de encendido
de braseros caseros y otros menesteres, logrando así recuperar estos
elementos de gran valor patrimonial y ejemplo del gran trabajo realizado
por los carpinteros de la época.
Antiguo Hospital Minero, hoy Museo. Edificio de planta
rectangular, con cubierta a dos aguas de tejas planas, sustentadas por
muros de carga de ladrillo. Presenta una tipología tradicional de corte
inglés, con las esquinas remarcadas por un recercado decorado en un
color distinto al resto del edificio. Presenta un “cercao” perimetral realizado a modo de balaustrada
modulado por pequeños machones repetidos en intervalos regulares,
dejando paños homogéneos, e interrumpiéndose en el centro del edificio
donde se encuentra la puerta principal de acceso.
Interiormente presenta actualmente unas salas de exposiciones distribuidas entre los muros portantes de carga que sustentan la cubierta.
Una pequeña recepción acompaña la entrada al hall del recinto. Los
huecos de ventanas son de proporciones generosas, ofreciendo una gran
luminosidad al interior, aunque ha sufrido alteraciones de su estado
inicial, ya que ha debido adaptar sus instalaciones de hospital a
Archivo, que es el uso que presenta en la actualidad.
Fue construido en 1873 y según datos recogidos del “Informe Sobre la Compañía de Azufre y Cobre de Tharsis”,
elaborado en 1.972, se aprecia cómo el Hospital se encontraba asistido
por un médico de Empresa, un Ayudante Técnico Sanitario, y estaba
dotado con salas para hospitalizados, Rayos X, quirófano, laboratorio,
etc.
La asistencia médica, en un principio estaba prestada por
siete médicos, además de ser completamente gratuita para todos los
obreros y sus familias, existiendo incluso dos hospitales en
locales amplios, higiénicos e independientes con su respectivo personal
de servicio e instrumental. Además existían tres lazaretos o lugares
aislados para las personas que sufrían enfermedades infecciosas.
Dada la alta siniestralidad de accidentes ocurridos en la Compañía,
(el promedio de accidentes seguidos de muerte ocurrido a principios de
siglo era de dos por año), fue necesaria la construcción de un centro
médico, como ocurrió en el caso de Riotinto.
Las actuaciones aparejadas al paternalismo industrial constituyen
elementos de primera mano en la conformación de la cultura minera. La construcción y el mantenimiento de infraestructura hospitalaria en Tharsis es uno de los distintivos notables de la misma,
originaria de un período histórico en que las comarcas circundantes no
disponían de una atención médica comparable. Su existencia y
mantenimiento a lo largo del tiempo constituye uno de los elementos que
distinguen a una comarca y a su sociedad.
El Archivo Histórico de las compañías mineras que explotaron las minas de Tharsis, Silos de Calañas, Lagunazo y otras explotaciones
fueron catalogados y organizados por el Servicio de Archivos de la
Excma. Diputación de Huelva, siendo dirigidos los trabajos por su
antigua Directora de Archivos, Dª Remedios Rey de la Peñas.
El volumen total de los fondos organizados consta de 4668 unidades de instalación, divididos en 1792 legajos y 2876 libros.
Gran blog Don Emilio, acabo de descubrirlo
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