El edificio presenta las características típicas de las capillas presbiterianas escocesas, las “kirk”. Consta de una sola nave con ventanas ojivales de influencias neogóticas, estando cubierta por una techumbre a dos aguas de elevada inclinación con teja plana. Está rematada en los dos extremos por dos pequeños cuerpos, la nave tiene tres pilastras escalonadas a cada lado, más gruesas por la parte inferior y rematadas en tejadillos a un agua. Las ventanas, cuatro a cada lado y dos en la fachada principal, son ojivales y su carpintería es asimismo de dos hojas con vidriera ojival de tracería, defendidas por contraventanas exteriores de lamas. La capilla es de fábrica de mampostería pintada de color claro, con recercados en las ventanas, esquinas y pilastras en ladrillo visto. La cubierta, de teja plana, se remata con un adorno presbiteriano muy delicado, de pequeños pináculos enlazados a lo largo de la cumbrera. El interior es realmente sorprendente, con cubierta de cerchas de madera esbeltas, de cartabones curvos, correas, cabios y tablazón barnizadas en color oscuro, tiene aspecto de artesonado ligero. Las cerchas arrancan de pequeñas ménsulas que salen de los muros laterales. En el centro del coro existe un pequeño órgano. Existen planos de 1.891 y 1.893 donde se representan las plantas, alzados y secciones de la capilla, con detalles decorativos representados con suma exquisitez. El mobiliario que se conserva es el primitivo, y entona perfectamente con la arquitectura exterior. El proyecto no aparece firmado por ningún arquitecto, pues la compañía inglesa no tenía contratado ningún arquitecto en esa época. Los ingleses, en principio carecían de un lugar donde celebrar sus actos religiosos, pues no contaban ni con iglesias ni capillas. Pero ya en 1.882 aparece el primer pastor, el reverendo Mc Donald, presbítero y escocés, que atendía sus parroquianos protestantes en las dependencias del primitivo club inglés en La Mina. Incluso en las celebraciones que se practicaban en el interior de esta capilla existía una diferencia de clase acuciante, pues la primera fila estaba reservada para el General Manager y su familia y todo el staff acudía a los servicios religiosos manteniendo la jerarquía en su colocación respectiva en la iglesia. Se convierte, por tanto, la capilla presbiteriana en un elemento fundamental dentro del Barrio de Bellavista, tanto por su carácter religioso como por su carácter social. La capilla es el edificio mejor conservado de todo el conjunto, poseyendo todavía el mobiliario primitivo que entona perfectamente con la arquitectura exterior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario