La compañía Bede Metal, con sede en Newcastle, explotó desde 1884 las minas de Cabezas del Pasto y Herrerías, en el noroeste de la provincia de Huelva, colindante con Portugal. Dada la navegabilidad del río Guadiana en esta zona, ya existía en el margen izquierdo del río, un primitivo dique de atraque minero de escasa envergadura, construido en la década de 1860 por empresas españolas exportadoras de manganeso. La compañía Bede Metal construyó un tendido mixto de ferrocarril (15 kilómetros) y cable aéreo (4 kilómetros) desde las minas citadas hasta el lugar del antiguo embarcadero, que remodeló en 1905, montando una estación de descarga de los calderos de mineral que eran transportados en el cable aéreo, e instalando dos grúas para la carga de mineral en los barcos.
En el año 1911 la compañía inglesa traspasó sus explotaciones mineras a la Societé Anonyme St. Gobain de Paris. Esta compañía invirtió fuertes sumas en esta minería onubense, realizando entre otros trabajos las remodelaciones del ferrocarril y el embarcadero. La compañía francesa eliminó el cable aéreo, y llevó el ferrocarril al embarcadero, aunque dado lo accidentado de la orilla, los últimos 400 metros de vía férrea los ejecutó paralelo al río, con la vía literalmente asomada al precipicio. Los trenes discurrían por una vía alta, descargando el mineral por el fondo de los vagones, o bien con un sistema de volcado mecánico a unos depósitos o tolvas, ejecutados en piedra y techados, situados en posición inferior. En la actualidad, el embarcadero se encuentra en desuso, habiendo desaparecido las cubiertas de chapa de los contenedores de piedra, así como la estructura metálica que se adentraba en el río, en espera de una posible rehabilitación por parte de una empresa de turismo rural, que ya ha rehabilitado parte un conjunto de casas del primitivo poblado de Puerto de La Laja, asomadas al Guadiana.
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