domingo, 14 de julio de 2013

Curso de Verano

HISTORIA Y LEGADO CULTURAL DE LA CUENCA MINERA DE RIOTINTO


Durante los últimos años las investigaciones sobre la cuenca minera de Riotinto han experimentado un crecimiento tan notable que parece llegado el momento de abrir un espacio académico para el análisis y la reflexión sobre las mismas. El hallazgo de nuevas fuentes documentales y la apertura del conocimiento en nuevas temáticas nos permite además, hoy día, iluminar determinadas facetas de la Historia contemporánea del municipio de Minas de Riotinto que hasta ahora permanecían en sombra y que, sin embargo, nos acercan de una manera muy explícita a su identidad y su pasado. Al mismo tiempo, la investigación ha hecho posible la puesta en valor de una parte sustantiva de su patrimonio arqueológico –en especial en el ámbito de la arqueología industrial-, artístico, documental y natural, abriendo interesantes  posibilidades para el desarrollo local y turístico de la comarca. Este curso, como se indica en su título, pretende abordar aspectos novedosos de la Historia social, política y económica de la cuenca minera de Riotinto y del legado patrimonial y cultural que ésta nos ha dejado, con un formato académico que mezcla la divulgación formativa con el rigor científico.

19 de septiembre (jueves):
            10.30-12.00: María Antonia Peña Guerrero (Univ. de Huelva): “Extranjeros en la historia minera de Huelva: el caso de Wilhelm Sundheim
            12.00-13.30: Cristóbal García García (Univ. de Huelva): "La cuenca minera de Riotinto en los años 30: crisis económica y cambios políticos"
            16.30-18.00: José Juan de Paz Sánchez (Univ. de Huelva): “Sindicatos y obreros en Riotinto: la herencia cultural del movimiento social
18.00-19.30: Consuelo Domínguez (Univ. de Huelva): “Los cementerios británicos de la provincia de Huelva
 
20 de septiembre (viernes):
            10.30-11.30: José Márquez Trigo (Minas de Riotinto): Museo del Pueblo de Riotinto: Una alternativa posible
            11.30-12.30: Aquilino Delgado Domínguez (Museo Minero Riotinto): Metallum Urionensis, minería, metalurgia, poblamiento y ordenación del territorio en época romana, s. III a.C. – V d.C
            12.30-13.30: Mari Paz Díaz (Periodista): Minería y prensa. Un recorrido por la Historia del periodismo en Minas de Riotinto.
16.30-17.30: Ramón Fernández Beviá (Universidad de Huelva): El impulso de Minas de Riotinto a través de las Tarjetas Postales.
17.30-19.00: Juan Manuel Pérez López (Fundación Riotinto): “Nuevas interpretaciones del año de los tiros. Estado actual de la investigación”

21 de septiembre (sábado):
            10.30-20.30: Visita al patrimonio histórico y cultural de Riotinto

viernes, 5 de julio de 2013

IN LOVING MEMORY. Los cementerios británicos en Huelva



El patrimonio cultural lo conforman los bienes culturales que la historia ha legado a una sociedad, de carácter tangible e intangible. El patrimonio tangible es la expresión de las culturas a través de grandes realizaciones materiales. A su vez se puede clasificar en Mueble e Inmueble, comprendiendo el primero los objetos arqueológicos, históricos, artísticos, religiosos y/o folklóricos, que constituyen colecciones importantes para las ciencias, la historia del arte y la conservación de la diversidad cultural de un país.
El patrimonio cultural no se limita a las creaciones materiales. Existen sociedades que han concentrado su saber y sus técnicas, así como la memoria de sus antepasados, en la tradición oral. La noción de patrimonio intangible o inmaterial, prácticamente coincide con la de cultura, entendida en sentido amplio como “el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales”.
Los cementerios son parte de nuestro patrimonio material, por sus obras, esculturas, inscripciones, y hasta su planificación urbanística. Asimismo, los cementerios son parte de nuestro patrimonio inmaterial, de nuestra realidad antropológica, siendo el soporte del entorno que rodea las costumbres y los hábitos relacionados con la muerte.
De acuerdo a esta escala, el cementerio es el reflejo de la ciudad o del pueblo donde se expresa una manera de abordar las conductas individuales y colectivas de una sociedad. Un cementerio se convierte, por tanto, en una evidencia material que refleja las formas de organización, el sistema de relaciones, las costumbres, las creencias, los valores puestos en juego que esa sociedad adopta y expresa para su desarrollo cotidiano. Es común que los cementerios se constituyan en un “olvido” al momento de nombrar los hitos patrimoniales de una ciudad, pero como dijo Mario Benedetti, “el olvido está lleno de memoria”.
Tengo que decir, que en la Historia de Huelva, es la primera vez que me encuentro con un trabajo de esta índole, donde su autora relata, describe y data uno de los elementos más olvidados cuando hablamos de la historia minera de nuestra provincia, los cementerios británicos, tan íntimamente ligados a las grandes compañías mineras que impulsaron el resurgir de la minería a finales del siglo XIX.
Este libro hay que considerarlo como una parte más de dicha historia, una faceta nunca antes descrita de la cultura británica que aún persiste, en mejores o peores condiciones, en nuestra provincia y, que debe ser objeto de preservación y conservación por quién corresponda.
“In Loving Memory” es la inscripción generalizada que aparece en la mayoría de ellos, como símbolo de la perduración en la memoria de una faceta histórica correspondiente a una cultura diferente y atípica a la nuestra, pero que siempre ha sabido conservar sus raíces, cuya autora describe de manera sutil y documentada referente a los tres enclaves: Riotinto, Tharsis y Huelva.

domingo, 12 de mayo de 2013

Escuela de Minas de Huelva

Emilio Romero. La Escuela de Minas de Huelva, una de las más antiguas de España después de la de Almadén y Mieres, se puede considerar junto con la antigua Escuela de Magisterio como el germen de los estudios universitarios en Huelva. Nace a partir de la instauración de las grandes compañías mineras extranjeras en nuestra provincia a finales del siglo XIX.
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En estas fechas se produce la compra de las minas de Riotinto por un consorcio inglés formando la tan conocida Rio Tinto Company Limited (RTCL) comandadas por Mr. Hugh Matheson.
La puesta en marcha de las explotaciones mineras fue un punto de inflexión en la vida de los habitantes de la zona, produciendo numerosos puestos de trabajo, siendo dirigidos por personal de la compañía, que en todo momento se encontraban con un grave problema: el idioma y la cultura o idiosincrasia del obrero español, produciéndose así unas relaciones entre obreros y empresa a veces difíciles. Ante este inconveniente, los directivos de la RTCL se pusieron en contacto con las autoridades provinciales e ilustres personas de la capital para promover la idea de crear un organismo capaz de formar a obreros en tareas relacionadas con la minería, para así dotarles de mando como puestos intermedios.
La RTCL pensaba que si ellos formaban a obreros que podían destacar entre los demás, con ciertas dotes de mando y conocimientos mineros, podían solventar el problema que se encontraron en un principio, puesto que sería más factible acatar órdenes de un superior español que de un inglés.
El ingeniero Gonzalo y Tarín.
El ingeniero Gonzalo y Tarín.

Es así, por tanto, que se contacta con los señores Vázquez López, Cortés Cícero, Gonzalo y Tarín entre otros, para ofrecer la posibilidad de crear un centro de formación de tales características. Es así como nace la que sería Escuela de Capataces de Minas de Huelva hacia 1902.
Dicho centro estuvo en varios lugares de Huelva,  ubicado desde un principio en la antigua Escuela de Niños (antes de ser trasladada a la calle San José) en la calle Castelar o Ricos, pasando por unos locales de la familia Vázquez López en la calle Murillo hasta instaurarse en lo que en aquella época conformaban las llamadas “Haciendas” en la actual Alameda Sundheim (parcela actualmente ocupada por el Museo Provincial).
En sus comienzos se impartían materias tales como Aritmética, Algebra Elemental, Geometría, Física y Química, etc., que fueron ampliándose con otras materias como Mineralogía, Dibujo Geométrico, Topografía, etc.
A dichos estudios podían acceder los obreros de las compañías mineras e hijos de obreros con una cierta edad comprendida entre los 16 y 20 años, a través de unas pruebas de ingreso tal y como se constata en las normas internas de la compañía y en circulares firmadas por el director general de las minas Mr. Browning.
En 1909, ve la luz el primer Reglamento de la Escuela de Capataces de Minas de Huelva por el que se regían los estudios.
Las clases se impartían en un principio de sábado a lunes, tal y como consta en el libro de actas de la Junta de Profesores de 1902, para así poder asistir aquellos obreros después de sus jornadas de trabajo semanal. Los sábados las clases eran por la tarde; los domingos todo el día a partir de las diez de la mañana y los lunes desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde.
El número de alumnos en sus comienzos, una vez superada las pruebas de ingreso, se elevó a 19 según consta en dicho libro de actas de la Junta de Profesores.
Cuadro de la Escuela de Minas de Huelva.
Cuadro de la Escuela de Minas de Huelva.

Según Decreto Nº 2506 de 13 de noviembre de 1930 (Revista Minera de 24 de noviembre de 1930) se reconoce el título de Capataces Facultativos de Minas y Fábricas Metalúrgicas a los alumnos que cursen y terminen sus estudios en las escuelas de Almadén, Belmez, Bilbao, Cartagena, Huelva, Linares y Mieres.
Por Orden de 23 de noviembre de 1931 (Gaceta del 2 de diciembre) se aprueba el Reglamento de la Escuela de Huelva, donde el plan de estudios se desarrolla en cuatro años, previo examen de ingreso; el título se obtiene después de la realización de prácticas.
La Ley de 20 de julio de 1957, BOE del 22 del mismo, reguladora de las enseñanzas técnicas establece que las Escuelas Especiales de Ingenieros pasan a depender del entonces Ministerio de Educación Nacional, con la denominación de Escuelas Técnicas de Grado Superior. Se establecen también las Escuelas Técnicas de Grado Medio en las que se obtiene el título de Perito; aparece el título de Perito de Minas y Fábricas Mineralúrgicas y Metalúrgicas. Ya a partir de 1964 se denomina Escuela de Ingenieros Técnicos de Minas, donde en Huelva se impartían 4 especialidades: Explotaciones de Minas, Combustibles y Explosivos, Sondeos y Prospecciones, Mineralurgia y Metalurgia.
Hoy día se encuentra ubicada en el Campus de La Rábida de la Universidad de Huelva, impartiendo los Grados de Ingeniería de Minas en las modalidades de Explotación de Minas y Recursos Energéticos.

Fuente: Huelvabuenasnoticias.com

domingo, 14 de abril de 2013

Un bungalow alemán entre las “casas de los ingleses” de Punta Umbría

El documento que mostramos es la autorización del Gobierno Civil para construir la casa, firmada el 15 junio de 1891 por el entonces gobernador, Carlos Mantilla, situando esta a 100 metros de la pleamar, en la playa de Torre Umbría

Casa nº5, probable original de Sundheim
Casa nº5, bungalow original de Sundheim, adquirida por la RTCL, muy próxima a nuestra protagonista, la casa de Moncke

Ramón Fernández Beviá. En la evolución histórica de Huelva, su papel en el marco global ha tenido diferentes niveles de relieve. Dejando a un lado tiempos anteriores, y aunque tuvo el protagonismo descubridor y pre-colonizador en los inicios de la Edad Moderna, no es aventurado calificar a nuestras tierras como grandes desconocidas. Y esta apreciación se refuerza ante la sorpresa que producía y produce en quienes la “descubren” cuando vienen de fuera. Un gran descubridor fue el célebre Sundheim, quien no se conformaba con apreciar la riqueza que encontraba por aquí, sino que se empeñaba con tesón en ponerla en valor con una iniciativa que ya desearíamos que se replicase con frecuencia en estos días de duda y desconcierto general.
Autorización para edificación en favor de Karl Moncke
Autorización para edificación en favor de Karl Moncke

Entre una variada lista de impulsos, el empresario alemán descubrió para el ocio una de las más selectas gamas del paraíso onubense: las playas de Punta Umbría. Y él marcando ritmos y los ingleses a su aguardo, siguiendo fielmente las sugerencias de este avispado hombre de negocios. Por eso, tras la construcción del primer bungalow de madera para su uso particular abrió el camino para que la poderosa Río Tinto Company edificase una serie inicial de once casas de veraneo para conformar una colonia de doce adquiriendo la suya al propio Sundheim. Esta serie de viviendas, para uso y disfrute de los directivos británicos, se erigió alrededor de la década de los ochenta del siglo XIX, completándose en teoría el conjunto  en 1917 con dos casas más, las números 13 y 14 (las que han servido de modelo para la actual casa-museo). Hasta aquí el esquema tradicionalmente considerado. Hemos encontrado, sin embargo, un documento que matiza la lectura histórica de estos inicios de Punta Umbría.
Veraneantes británicos en un lugar privilegiado
Veraneantes británicos en un lugar privilegiado

González Vilchez, en su conocido y extraordinario trabajo sobre la arquitectura inglesa en Huelva, cita a un antiguo empleado de la RTCL, Leonard Salkield, que a su vez estima que también utiliza David Avery en su obra no menos conocida “Nunca en el cumpleaños de la reina Victoria”, y que señala que en 1895 había una docena de bungalows. Vilchez interpreta que los doce son los citados once más la original casa de Sundheim. No obstante, el documento inédito que presentamos en este artículo acredita que si existían doce casas, una de ellas, la autorizada en el mismo, correspondería a un particular. Por lo que solo habrían sido construidas antes de 1912 las primeras diez numeradas de la RTCL, incluida la de Sundheim, más una de la propia compañía fuera de turnos, destinada a vivienda del jefe médico doctor John Mackay (hermano del famoso cirujano William Mackay, recreativista de pro); y, curiosamente por tanto, una duodécima que no era de la compañía, ni siquiera británica: la casa de un ingeniero alemán, Karl Moncke, propietario de la concesión de la mina onubense de los Cuchillares.
Composición con fotografía de los setenta y plano de 1912 que sitúa la casa autorizada en 1891
Composición con fotografía de los setenta y plano de 1912 que sitúa la casa alemana autorizada en 1891

Vilchez identifica esta casa en un plano de 1912, pero interpretamos que no le atribuye la misma antigüedad (finales del s.XIX) que a los primeros bungalows de la RTCL. Si observamos el plano de 1912, comprobaremos que las doce casas incluían las diez numeradas, la del doctor Mckay, y la de Moncke, con lo que antes de esa fecha la compañía había construido diez, sumando once y no doce, al adquirir la de Sundheim. La casa del vecino alemán Moncke completaba la docena indicada por Salkield.
Acuarela de la casa alemana de Punta Umbría
Acuarela de la casa alemana de Punta Umbría

El documento que mostramos es la autorización del Gobierno Civil para construir la casa, firmada el 15 junio de 1891 (firma en el reverso, no reproducido) por el entonces gobernador, Carlos Mantilla, situando esta a 100 metros de la pleamar, en el llamado entonces enclave de Torre Umbría.
En este documento se hace referencia a una instrucción del 20 de agosto 1883 que suponemos regularía la concesión de terrenos y la posible edificabilidad hasta que en 1895 fueron adquiridos dichos terrenos por sus ocupantes. Un paraíso de doce plazas, una ocupada por alemanes y el resto por británicos.

Ref.: www.huelvabuenasnoticias.es