Proponen La Fija y el Puente Chapa como 'Maravillas de Huelva' Los dos vestigios del antiguo ferrocarril minero, convertidos en vía verde, aspiran a ser reconocidos por este certamen abierto a la participación de toda la ciudadanía El Campillo ha presentado las candidaturas de La Fija y el Puente Chapa, dos de los vestigios más emblemáticos del antiguo ferrocarril minero, a 'Las Siete Maravillas de Huelva', un certamen promovido por la Consejería de Economía, Innovación y Ciencia a través de su red social de centros de acceso público a Internet, en colaboración con otros departamentos de la Junta y la Universidad de Huelva. Ambos enclaves, rehabilitados para su aprovechamiento turístico como vía verde, se localizan en el tramo que une los términos de Mina Concepción y El Campillo y emergen como dos de los principales atractivos del patrimonio de la zona.
La Fija, con una vertiginosa pendiente de hasta el 36 por ciento de desnivel, supuso, allá por el año 1876, una verdadera revolución técnica para dejar hoy una estampa espectacular en el entorno paisajístico de las rojizas aguas del Tintillo. Y es que para salvar ese colosal escollo natural, dotado en la actualidad de una interminable escalinata de 247 peldaños, los ingenieros británicos diseñaron un innovador sistema constituido por una máquina de vapor, dos vías paralelas y un cable de tracción que, junto a un tren de contrapeso, permitía la ascensión de los vagones que llegaban cargados de mineral en dirección al Puerto de Huelva. Un contexto embriagador que encuentra su complemento en el restaurado puente de dos pilares (hoy aderezado con una pasarela peatonal) que sobrevuela el afluente del río Odiel.
La otra joya campillera que aspira a ser catalogada Maravilla de Huelva es el Puente Chapa, una infraestructura que, construida a principios del siglo XX, está compuesta por seis arcos de medio punto, mampostería de piedra y ladrillo y un tramo central con un tablero conformado por una doble viga de hierro en cajón y de celosía. Su longitud asciende a 111,5 metros, con una altura, en su tramo metálico, de 14,8 metros y una anchura de 3,10 metros, un espacio por el que también transitaban los trenes que, a diario, transportaban el mineral con destino a Huelva. Sin duda, otra huella del pasado de esplendor metalúrgico de la Cuenca que, merced a su voluptuosidad, es capaz de envolver en la nostalgia de tiempos mejores a los lugareños a la vez que conquista los sentidos de quienes se acercan a esta comarca impregnada de una encandiladora amalgama de tonos cobrizos.
Huelva Información, 12/10/2010
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