Los trabajos modernos datan de 1856 y fueron ejecutados por la Sociedad San Francisco de Paula de Sevilla. Ese año se limpiaron pocillos y se ensanchó un socavón romano para servir de socavón general de desagüe y extracción. Esta compañía se arruinó intentando poner en marcha la mina y hacia 1860 se hizo con la propiedad la Compañía Española de Minas Ferrocobrizas, S.A.De 1880 a 1885 arrendó la mina The Bede Metal & Chemical Co., Ltd. interesada sólo en los minerales muy cobrizos. El mineral se transportaba a San Telmo para beneficiarlo por calcinación en teleras. Parece ser que en esa época se incendió una parte de la mina, lo que obligó a inundar las labores y beneficiar las aguas cobrizas por espacio de dos años, con resultados prometedores. Entre 1900 y 1909 arrendó la mina la Sociedad Francesa de Piritas de Huelva que amplió el ferrocarril de vía estrecha hasta el socavón general de acceso a las labores. No se trabajó en El Carpio hasta 1915 en que la arrendó D. Cipriano R. Careaga de Bilbao que la explotó por fajas horizontales de 2,5 m con relleno completo. En 1922 pararon los trabajos al acogerse la compañía al convenio suscrito con The Pyrites Producers Asociation para regular el mercado de piritas a cambio de una renta fija anual. Nunca volvió a arrancar la mina. En 1957 se firmó un convenio entre los propietarios de la mina y el INI para investigar la mina. Los trabajos se desarrollaron hasta 1961 y consistieron en geofísica aérea y de superficie que detectaron cuatro anomalías y algunos sondeos mecánicos que no fueron concluyentes. A principios de la década de 1960 se vendieron los morrongos acumulados en la etapa de The Bede Metal como mena de hierro.
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