


-Consuelo, acaba de ver la luz su libro sobre Hugh M. Matheson. ¿Qué relevancia tiene esta obra?
-La singularidad del personaje, su compleja personalidad y la importancia que tuvo la compra de las minas de Rio Tinto y su explotación a gran escala, no solo para la Cuenca Minera, sino para toda España, pues a ella llegaron personas procedentes de todas las latitudes de nuestro país, de modo que, en las primeras décadas, el flujo migratorio fue muy considerable. A la par, la Rio Tinto Company llegó a ser una de las empresas más importantes dentro del desarrollo industrial del Imperio Británico.

-Hugh Matheson era un banquero y hombre de negocios muy conocido en la city londinense, pero, al mismo tiempo, era un destacado filántropo involucrado en múltiples causas benéficas. La filantropía jugó un papel muy especial en la sociedad victoriana. Así que su personalidad puede definirse a partir de tres ejes fundamentales: a) La ascendencia familiar vinculada a Escocia; b) Sus profundas creencias religiosas; c) y su condición de banquero y hombre de negocios. Su fe presbiteriana y su práctica religiosa le llevó, tanto en su propia tierra como desde la llegada a Huelva y Rio Tinto, a desplegar una amplia labor social y educativa, implementada con la creación de escuelas en todos los poblados mineros y Huelva capital, el establecimiento del descanso dominical para que los obreros pudieran cumplir con sus preceptos religiosos y la creación de clubs sociales destinados a preservar la moral, tanto de los directivos, como de los propios trabajadores.

-En los últimos años, y tras mi jubilación en la universidad, cobraba fuerza para mí la aproximación al mundo británico, ya que yo procedo de la Cuenca Minera y todavía, como se recoge en las primeras páginas de este estudio, rememoro imágenes de cuando era niña, tanto del paisaje calcinado, como de la tipología del Valle o la curiosidad que me suscitaba el gueto residencial del Staff, que era Bellavista, solo visitado por personal autorizado. Mi primera aproximación al legado británico tuvo lugar con el estudio de los cementerios británicos que me llevó a editar In Loving Memory, con la intención de dar a conocer un patrimonio desconocido y en peligro de desaparición, a causa del vandalismo y de la desidia de las autoridades pertinentes para su rehabilitación. También hay una poderosa razón de tipo sentimental en la realización de esta investigación: yo inicié mi carrera profesional como maestra en uno de los poblados mineros, desgraciadamente desaparecido, La Atalaya. Así que intentar construir la biografía de este personaje, tan importante, pero muy conocido dentro de la historia de la minería onubense, me permitía adentrarme en la obra filantrópica por excelencia llevada a cabo por Matheson en la provincia, que era la creación de las escuelas de la Compañía, siempre muy valoradas por las familias obreras.

-La idea me llevaba rondando la cabeza hace como unos siete años, así como la recogida de información para organizar el estudio, pero se cruzó el tema de los cementerios británicos y lo aplacé hasta que hace unos tres-cuatro años retomé el proyecto. Ha sido arduo, porque he barajado casi toda la documentación en inglés, muchas veces con textos manuscritos. Y mi nivel de una lengua complicada y con modismos o giros ya antiguos me obligaba a un esfuerzo inaudito, pero todo lo que se aborda con pasión, y esto no me ha faltado, sale adelante.

-Para bien o para mal, esta investigación ha sido una labor absolutamente personal, pero he de destacar la enorme suerte de contar con una persona muy conocedora de la historia onubense y que cuenta con sobrados méritos académicos, con la que he podido compartir dudas y consejos. Me refiero a Maria Antonia Peña, en estos momentos asumiendo la gran responsabilidad, en su condición de Rectora, de colocar a nuestra universidad en los mejores estándares de excelencia.

-Fundamentalmente, del Archivo de la Fundación Rio Tinto, de documentación digitalizada de la LMA (London Metropolitan Archives) respecto a la Rio Tinto Company y de un libro fundamental de correspondencia privada que la mujer de Matheson editó tras su muerte. Todo ello complementado con otras y variadas fuentes.

-Entre las ideas que destacan en el libro puedo apuntar que, a pesar de que han transcurrido 145 años desde que Matheson asumiera la arriesgada operación de hacerse con la propiedad del yacimiento minero de Rio Tinto, la empresa sigue siendo una potencia mundial, que conserva el nombre de Rio Tinto PLC, con más de 46.800 empleados, operando en 35 países del mundo. Y todo ello ha sido posible gracias a que este hombre de negocios victoriano fue un pionero realizando una fuerte inversión y acometiendo proyectos emblemáticos en Huelva, como el Muelle Cargadero de Mineral de Riotinto y otras infraestructuras necesarias para explotar industrialmente la Faja Pirítica onubense. Junto a todo ello, H. Matheson también llevó a cabo una importante labor educadora, construyendo escuelas, en las que pudieron estudiar hasta 1.200 alumnos.

-De momento, un pequeño paréntesis, pero tengo que escribir un artículo para una publicación universitaria. Además, me está rondando alguna idea que espero pueda materializarse en un futuro, no demasiado tardío, porque haciendo mía la frase “cuando el tiempo nos alcanza”, soy consciente de que el horizonte temporal se acorta.
–¿Qué supone para usted la Cuenca Minera, la minería onubense?
-El epicentro de mis raíces identitarias e históricas.
-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-Debemos conocer nuestra propia historia, valorarla y conservarla para que futuras generaciones puedan recrearse en ella.


Huelva Buenas Noticias, 11 de abril de 2019
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