Las obras en la calle Palacio n.º 13 dejan un aspecto renovado que,
de hecho, ha supuesto el expolio y sustitución de buena parte de los
elementos originales protegidos por el PGOU de Huelva.
En estas
líneas no venimos a comentar el aspecto o grado de parecido, pues sería
quedarnos en la superficie de las cosas. Y es que, de hecho, la
intervención que se ha llevado a cabo supone, rigurosamente, una mejora
estética aparente acompañada de una pérdida de elementos patrimoniales.
Que un trabajo recién concluido ofrezca una imagen saneada respecto a la
anterior es de esperar, faltaría, pero no es oro todo lo que reluce o,
mejor dicho, no es patrimonio. La retirada del escaparate era una
obligación legal no resuelta desde hace 20 años, pero el resto de la
intervención debería haber consistido en reparar, y no en cambiar
elementos.
Ante la excitación generada en prensa, hemos de ir
más allá de la superficialidad y aclarar algunos hechos objetivos. Hay
que ser rigurosos con la normativa y exigentes en su cumplimiento. Una
“restauración” es un concepto técnico del Plan Especial n.º 1 Casco
Antiguo que está indicado para edificios que mantienen mayoritariamente
su configuración originaria, y el fin es conservar sus características y
elementos arquitectónicos. Su restitución por otros nuevos no es una
opción sino una solución para cuando estos se hubieran perdido con el
tiempo. Lo acometido en la calle Palacio no es una restauración.
En cambio, como veremos a continuación, las obras han supuesto la
sustitución de numerosos elementos que se habían conservado durante los
107 años del inmueble y, por el contrario, no han incorporado aquellos
que sí serían susceptibles de esa reproducción, tales como las
marquesinas modernistas en hierro y vidrio sobre el acceso al portal y
en el balcón de primera planta.
El asunto comienza a inicios de
2019, cuando la nueva inmobiliaria Lyncis Real Estate iniciaba su
andadura por todo lo alto acometiendo simultáneamente la demolición de
dos edificios en la calle San Francisco y las obras sin licencia para su
sede en la calle Palacio, por las cuales se les abrió dos expedientes
de sanción disciplinaria.
Desde el CPC nos dirigimos al
consistorio en marzo de 2019 y comunicamos la exisntencia del arco
originario de acceso principal bajo el escaparate efímero del edificio,
junto a otras cuestiones. Exigimos el cumplimiento del Plan Especial,
que a través de varios artículos obliga desde 1999 a proyectar la
restitución de la fachada ante cualquier nueva licencia de obras, cosa
que no se había hecho en 20 años a pesar del cambio de actividad en el
edificio en varias ocasiones. Es decir, la restitución de la fachada no
es ninguna concesión de la empresa sino una norma de obligado
cumplimiento. Lo que habría que preguntar al Ayuntamiento es por todas
las licencias otorgadas anteriormente sin esa aplicación del Plan
Especial.
Según las recreaciones publicadas del proyecto a
realizar, parecía que iba a darse cumplimiento a la normativa mediante
la retirada de la estructura que ocultaba el arco y la restauración de
sus piezas. Sin embargo, el 4 de noviembre un operario procedió a la
demolición de la mayor parte para construcción de un arco nuevo. Es
decir, lo que un desafortunado escaparate había ocultado a los ojos
durante 30 años quedaba ahora demolido en una mañana por la
inmobiliaria, y con el consentimiento y supervisión del Ayuntamiento.
Además, se ha procedido a la sustitución de puertas y ventanas por reproducciones, a lo que añadimos nosotros, que también han dado el cambiazo a las rejas del semisótano.
Además, se ha procedido a la sustitución de puertas y ventanas por reproducciones, a lo que añadimos nosotros, que también han dado el cambiazo a las rejas del semisótano.
En este punto hemos de
comentar sobre la protección del edificio, pues al referirse al interior
del inmueble, la prensa afirma no existir obligación de conservar
elementos originales.
El Catálogo de edificios y elementos de
interés del PGOU protege al edificio de la calle Palacio con grado P1
(Integral), y determina que esto habría de detallarse en una ficha
independiente que podría sumar pero nunca restar elementos a los
inicialmente protegidos. Por tanto, el edificio estaría totalmente
protegido. Sin embargo, la bajada hasta en dos grados de protección que
presenta la ficha actual no es sólo una modificación hasta los mínimos
sin justificación técnica sino también una contrariedad para con el
PGOU. ¿Si tanto valor tiene el edificio para la prensa y tan poco en la
ficha del catálogo, cómo no se dedica una sola palaba a esta cuestión?
La prensa viene a agradecer el mantenimiento de varios suelos, y a
celebrar la similitud y tradicionalidad de las carpinterías y peldaños
sustutuidos. Hemos de saber todos que lo que se protege no es el aspecto
sino el bien como tal. Una reproducción no tiene valor alguno
(imaginemos la falsificación de un cuadro o de una espada griega, por
ejemplo), por lo que eliminar el arco del edificio de la calle Palacio
para facilitarse el trabajo y no tener que restaurar el original es
contrario a la legalidad, aparte de haberlo perdido como referencia y
haber dado lugar a una dudosa geometría en la falsificación actual.
Entendemos, por tanto, que todos aquellos elementos retirados como
herrajes y carpinterías suponen una acción de expolio contra el
patrimonio cultural protegido por Ley, hecho que vamos a comunicar a las
administraciones competentes.
Como observación última, y muy a
nuestro pesar, resulta desconcertante que aquellos que ejercen el
periodismo no distingan o bien tengan el escrúpulo de disimilar la
confusión entre la noticia y la opinión, la información de la
publicidad. Estamos acostumbrados a esta práctica de publicaciones
dictadas con palabras del Ayuntamiento, pero no así de una inmobiliaria.
Para eso están directamente los anuncios pagados, que tienen su espacio
y no confunden a nadie. Y es que ya son 3 las publicaciones del mismo
autor sobre este asunto, que henchido de elogios califica la obra de
"ejemplo del camino a seguir". Esto no es propio de periodistas. Por el
contrario, ningún interés ha dado a las sanciones impuestas por hacer
las obras sin licencia, a la destrucción del arco protegido, o a las dos
demoliciones en la calle San Francisco por parte de la empresa a la que
parece publicitar; como tampoco se ha mencionado la bajada de
protección municipal al inmueble.
Círculo Patrimonio Cultural de Huelva , 18 de junio de 2020
Círculo Patrimonio Cultural de Huelva , 18 de junio de 2020
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