viernes, 20 de mayo de 2011

Cementerio Protestante de Tharsis

Aunque no dentro del propio municiio de Tharsis, pero sí muy cerca de él, se levantó a imagen y semejanza de un camposanto británico. Presenta dos espacios diferenciados por gruesos muros de mampostería, realizada con piedra. Sus paredes están recubiertas de hiedra. El cementerio consta de dos espacios contiguos unidos por una abertura en el muro común. El primer espacio es el cementerio propiamente dicho, y parece ser el primitivo, mientras que el segundo espacio es posterior. En sus sepulturas aparecen algunos epitafios de gran valor. Se trataba de un lugar pequeño, de una gran belleza y muy cuidado, siempre lleno de flores, aunque hoy día está muy descuidado, con la vegetación muy profusa. Los enterramientos difieren un poco de los realizados por las costumbres españolas. Constan de un bordillo perimetral de mármol y una losa pequeña central enlazada a éste. Quedan, pues, dos espacios que son rellenados de gravas y arenas y donde se siembran flores. El colonialismo lleva normalmente aparejado la reproducción a escala de muchos de los rasgos y elementos definitorios de la sociedad dominadora. El staff de las empresas mineras intentó en la medida de sus posibilidades recrear la cultura y el espacio de su país de origen. No sólo se importaron modelos urbanísticos, formas de relación social, clubes, actividades recreativas, viviendas..., sino incluso espacios reservados y particulares para los que morían lejos de su tierra patria: un camposanto propio para una comunidad que vivía claramente separada y distinta. Este cementerio tiene por tanto un indudable valor simbólico en cuanto que conforma de manera global una comunidad —el staff extranjero en Tharsis—, que no sólo habita separadamente la comarca, sino que muere y es sepultado de manera separada. El cementerio constituye la demostración de cómo una comunidad puede vivir dentro de otra sin mezclarse con ella y manteniendo la separación incluso más allá de la vida.


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