La Red de Caminos Naturales de España incluye un itinerario desde la mina de La Isabel hasta La Laja · El recorrido es de 16,6 kilómetros, su dificultad es fácil y el tiempo del recorrido es de 3,5 horas.
Toponimias geográficas tan sugerentes como Cabezo de Las Barcias, Cumbre de Márquez, Cabezo de Las Avispas, Llanos de Las Hoyuelas, Cabezo Turuñuelo, Cerro de Juaniane, Cerro de Las Madroñas, Charco del Lobo, Las Enfermerías, Barros de La Rábida, Paredones de Juan Sierra, Cabezo de Los Curas, Cumbre del Pocito, Cabezo de Lacha, Cabezo del Hambre o Cabezo de La Báscula, se reparten a uno y otro lado del itinerario que sigue los pasos del viejo tren minero que durante casi un siglo unió la mina de Las Herrerías (Puebla de Guzmán), con el cargadero de mineral del Puerto de La Laja (El Granado).
A su paso, el itinerario también va dejando atrás numerosos vestigios de la intensa actividad minera que ha habido a lo largo de la historia en unas tierras que ahora reposan y en las que la naturaleza va recuperando el terreno cedido a la intervención humana.
Los únicos elementos de modernidad se centran hoy, únicamente, en el majestuoso girar de los gigantes de acero y hormigón que salpican algunos tramos del trayecto y que conforman el parque eólico del Sardón; el canal de agua de la presa del Chanza denominado Boca-Chanza; o los aún escasos senderistas y ciclistas que los fines de semana recorren estos viejos senderos, cuyo sudor nada tiene que ver con el que vertieron los cientos de mineros que durante siglos se encargaron del transporte del mineral entre las minas de la comarca y el Puerto de La Laja.
Por otra parte, las principales huellas de su actividad humana van desde el soberbio puente que los romanos edificaron sobre el Charco del Lobo, hasta innumerables restos mineros (de los siglos XIX y XX), como los poblados mineros de La Isabel (aún habitado), y El Sardón (abandonado); el impresionante cargadero de mineral del Puerto de la Laja; o varias estaciones ferroviarias. También se diseminan por la zona viejas haciendas rurales ganaderas, o una pequeña ermita en ruinas conocida como de La Rábida. Actualmente, no sólo es posible descubrir, sino también rememorar este agradable y equilibrado cruce entre modernidad y pasado gracias a la recuperación como sendero, por parte del Ministerio de Medioambiente, y Medio Rural y Marino -MARM-, de la mitad de la antigua línea férrea que conectó Las Herrerías y La Laja, cuyo recorrido total de 32 kilómetros permitió que esta zona hiciera de España a finales del XIX el primer productor mundial de manganeso y uno de los más importantes de cobre y azufre.
El tramo recuperado e incluido en la Red de Caminos Naturales de España, se trata de su parte final: los 16,5 kilómetros que discurrían entre la mina de La Isabel y La Laja, el cual siendo bastante desconocido, es cada vez más frecuentado por los amantes de la naturaleza y del patrimonio minero industrial.
El camino comienza en La Isabel (El Almendro), junto a la carretera H-9009 que comunica este pequeño núcleo de población con Puebla de Guzmán. El inicio está bien señalizado con un cartel y unas pasarelas que delimitan su trazado.
Para darlo a conocer, el MARM ha editado un plano explicativo de la ruta, que discurre muy cerca del río Guadiana, junto a la frontera con Portugal. El documento incluye la cartografía necesaria para recorrer el sendero, además de varias recomendaciones para su mejor disfrute. La publicación forma parte de la Guía de Caminos Naturales de España que el MARM está incluyendo como separata en su revista Desarrollo Rural Sostenible.
Para facilitar su recorrido, el plano también incluye un cuadro informativo donde se especifican sus principales puntos de interés, así como su longitud (16,6 km.), su dificultad (fácil), su duración aproximada (3,5 horas) y el perfil topográfico de su desnivel (80 metros de subida y 215 de bajada).
Al principio, el sendero se adentra en una dehesa con pocos alcornoques y encinas, pero con mucho lentisco y coscoja, y con un denso sotobosque de jaras. También pueden observarse otros matorrales, por lo que la zona es óptima para el conejo y la perdiz.
En este paisaje, donde tampoco es raro observar rapaces como el ratonero o el milano, hay franjas verdes de zarzas y carrizos que indican la presencia de pequeños arroyos. Un mosaico ideal para otras especies animales más difíciles de ver como el ciervo o el jabalí.
En el kilómetro siete, una señal indica la cercanía del poblado minero del Sardón. Poco queda en pie del mismo, cuyas casas fueron abandonadas una vez acabada la actividad minera. A unos metros del cruce también se encuentra la estación del Sardón, en la que ha sido instalada un área de descanso. En este apeadero, además de cargar el mineral procedente de las minas cercanas, también se pesaban las piritas que transportaba el tren. Poco queda ya de todo aquello, excepto las ruinas de dos edificios: uno para el almacenaje de mineral, y otro para el guardafrenos y el vigilante de la estación.
El siguiente punto de interés es el puente del Lobo. Una construcción romana cuyas grandes dimensiones permiten disfrutar de una de las vistas más espectaculares del trayecto. Unos 500 metros más adelante se encuentra otra área de descanso tras la que se llega al parque eólico del Sardón. Tras cruzar dos carreteras, la ruta atraviesa un túnel labrado en roca de 25 metros, a cuya salida aparece el río Guadiana y desde donde ya puede divisarse el Puerto de La Laja, último punto navegable del río Guadiana y fin del sendero. Este impresionante patrimonio minero ha llevado a la Consejería de Cultura a inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Lugares de Interés Industrial tanto al muelle-cargadero y al núcleo urbano del Puerto de la Laja, como al antiguo trazado del ferrocarril minero y al poblado del Sardón. El conjunto ocupa una superficie protegida de 24,8 hectáreas.
El MARM también ha habilitado a través de su página web la posibilidad de descargar los itinerarios de los 68 caminos naturales recuperados hasta el momento en nuestro país, entre los que se encuentra esta ruta onubense, para su visualización en GPS y para facilitar al usuario una mejor localización de los mismos, a cuyos planos e información podrán acceder a través de GPS, móvil o BlackBerry.
J. Landero. H.I. 23/10/2011
Toponimias geográficas tan sugerentes como Cabezo de Las Barcias, Cumbre de Márquez, Cabezo de Las Avispas, Llanos de Las Hoyuelas, Cabezo Turuñuelo, Cerro de Juaniane, Cerro de Las Madroñas, Charco del Lobo, Las Enfermerías, Barros de La Rábida, Paredones de Juan Sierra, Cabezo de Los Curas, Cumbre del Pocito, Cabezo de Lacha, Cabezo del Hambre o Cabezo de La Báscula, se reparten a uno y otro lado del itinerario que sigue los pasos del viejo tren minero que durante casi un siglo unió la mina de Las Herrerías (Puebla de Guzmán), con el cargadero de mineral del Puerto de La Laja (El Granado).
A su paso, el itinerario también va dejando atrás numerosos vestigios de la intensa actividad minera que ha habido a lo largo de la historia en unas tierras que ahora reposan y en las que la naturaleza va recuperando el terreno cedido a la intervención humana.
Los únicos elementos de modernidad se centran hoy, únicamente, en el majestuoso girar de los gigantes de acero y hormigón que salpican algunos tramos del trayecto y que conforman el parque eólico del Sardón; el canal de agua de la presa del Chanza denominado Boca-Chanza; o los aún escasos senderistas y ciclistas que los fines de semana recorren estos viejos senderos, cuyo sudor nada tiene que ver con el que vertieron los cientos de mineros que durante siglos se encargaron del transporte del mineral entre las minas de la comarca y el Puerto de La Laja.
Por otra parte, las principales huellas de su actividad humana van desde el soberbio puente que los romanos edificaron sobre el Charco del Lobo, hasta innumerables restos mineros (de los siglos XIX y XX), como los poblados mineros de La Isabel (aún habitado), y El Sardón (abandonado); el impresionante cargadero de mineral del Puerto de la Laja; o varias estaciones ferroviarias. También se diseminan por la zona viejas haciendas rurales ganaderas, o una pequeña ermita en ruinas conocida como de La Rábida. Actualmente, no sólo es posible descubrir, sino también rememorar este agradable y equilibrado cruce entre modernidad y pasado gracias a la recuperación como sendero, por parte del Ministerio de Medioambiente, y Medio Rural y Marino -MARM-, de la mitad de la antigua línea férrea que conectó Las Herrerías y La Laja, cuyo recorrido total de 32 kilómetros permitió que esta zona hiciera de España a finales del XIX el primer productor mundial de manganeso y uno de los más importantes de cobre y azufre.
El tramo recuperado e incluido en la Red de Caminos Naturales de España, se trata de su parte final: los 16,5 kilómetros que discurrían entre la mina de La Isabel y La Laja, el cual siendo bastante desconocido, es cada vez más frecuentado por los amantes de la naturaleza y del patrimonio minero industrial.
El camino comienza en La Isabel (El Almendro), junto a la carretera H-9009 que comunica este pequeño núcleo de población con Puebla de Guzmán. El inicio está bien señalizado con un cartel y unas pasarelas que delimitan su trazado.
Para darlo a conocer, el MARM ha editado un plano explicativo de la ruta, que discurre muy cerca del río Guadiana, junto a la frontera con Portugal. El documento incluye la cartografía necesaria para recorrer el sendero, además de varias recomendaciones para su mejor disfrute. La publicación forma parte de la Guía de Caminos Naturales de España que el MARM está incluyendo como separata en su revista Desarrollo Rural Sostenible.
Para facilitar su recorrido, el plano también incluye un cuadro informativo donde se especifican sus principales puntos de interés, así como su longitud (16,6 km.), su dificultad (fácil), su duración aproximada (3,5 horas) y el perfil topográfico de su desnivel (80 metros de subida y 215 de bajada).
Al principio, el sendero se adentra en una dehesa con pocos alcornoques y encinas, pero con mucho lentisco y coscoja, y con un denso sotobosque de jaras. También pueden observarse otros matorrales, por lo que la zona es óptima para el conejo y la perdiz.
En este paisaje, donde tampoco es raro observar rapaces como el ratonero o el milano, hay franjas verdes de zarzas y carrizos que indican la presencia de pequeños arroyos. Un mosaico ideal para otras especies animales más difíciles de ver como el ciervo o el jabalí.
En el kilómetro siete, una señal indica la cercanía del poblado minero del Sardón. Poco queda en pie del mismo, cuyas casas fueron abandonadas una vez acabada la actividad minera. A unos metros del cruce también se encuentra la estación del Sardón, en la que ha sido instalada un área de descanso. En este apeadero, además de cargar el mineral procedente de las minas cercanas, también se pesaban las piritas que transportaba el tren. Poco queda ya de todo aquello, excepto las ruinas de dos edificios: uno para el almacenaje de mineral, y otro para el guardafrenos y el vigilante de la estación.
El siguiente punto de interés es el puente del Lobo. Una construcción romana cuyas grandes dimensiones permiten disfrutar de una de las vistas más espectaculares del trayecto. Unos 500 metros más adelante se encuentra otra área de descanso tras la que se llega al parque eólico del Sardón. Tras cruzar dos carreteras, la ruta atraviesa un túnel labrado en roca de 25 metros, a cuya salida aparece el río Guadiana y desde donde ya puede divisarse el Puerto de La Laja, último punto navegable del río Guadiana y fin del sendero. Este impresionante patrimonio minero ha llevado a la Consejería de Cultura a inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Lugares de Interés Industrial tanto al muelle-cargadero y al núcleo urbano del Puerto de la Laja, como al antiguo trazado del ferrocarril minero y al poblado del Sardón. El conjunto ocupa una superficie protegida de 24,8 hectáreas.
El MARM también ha habilitado a través de su página web la posibilidad de descargar los itinerarios de los 68 caminos naturales recuperados hasta el momento en nuestro país, entre los que se encuentra esta ruta onubense, para su visualización en GPS y para facilitar al usuario una mejor localización de los mismos, a cuyos planos e información podrán acceder a través de GPS, móvil o BlackBerry.
J. Landero. H.I. 23/10/2011
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