Los primeros datos sobre la minería del manganeso en la provincia de Huelva lo encontramos en la gran obra de Gonzalo Tarín, donde se pone de manifiesto que ésta se inició en el año 1858 en dos minas situadas en el término de Villanueva de los Castillejos. Los minerales fueron destinados a las fábricas de productos químicos franceses y, después, también a Inglaterra, Alemania y Estados Unidos, para aprovecharlos en la industria de los tejidos y, desde 1878, en la del acero.
En el llamado cerro de El Obispo radicó la mina Segura, que parece ser la primera en donde llamaron la atención los minerales de manganeso de la provincia. Estas y otras minas de la comarca y de la provincia hicieron que España, hacia 1880, se convirtiera en el primer país en producción de manganeso, proporcionando en 1881 alrededor de las dos terceras partes del consumo mundial, para pasar después a proporciones más modestas al descubrirse los grandes criaderos del Cáucaso, América, Nueva Zelanda, India, etc.
La conclusión que podemos sacar de estos números es que hasta fines de 1960 se llevan producidos en la provincia de Huelva la nada despreciable cifra, redondeada, de 2.400.000 toneladas de mineral de manganeso.
En cuanto a la calidad, cabe comentar que alrededor del millón de toneladas habría sido de óxidos y peróxidos, con escasa sílice y con una ley media por encima del 40% en Mn, producidos principalmente en el siglo pasado. La primera guerra europea y los años que siguieron a su terminación en 1918, se caracterizo por el arranque de bastantes silicatos con destino a la elaboración de silicomanganeso en Bélgica, Francia y otros países, para la fabricación de aleaciones en material militar.
Los explotadores de estos pueblos eran personas generalmente humildes, que contaban con más voluntad y conocimiento de los minerales que con medios materiales para el arranque y su extracción. Tuvieron, además, más valor, con el consiguiente riesgo, para meterse en las peligrosas explotaciones antiguas que para comprometerse en créditos, o para aprovechar las facilidades económicas que en algunas épocas se pudieron conseguir del Consejo Ordenador de Minerales Especiales de Interés Militar creado en julio de 1941 y que actuó hasta su disolución en septiembre de 1959.
La provincia de Huelva es rica en criaderos manganesíferos en toda la extensión de la zona pirítica. Suelen presentarse al exterior con los típicos jaspes, rocas muy duras, que aparecen sobresaliendo entre las pizarras en las laderas y crestas de los montes. La coloración de los jaspes varía entre morada y roja, presentando a veces intercalaciones muy vistosas de cuarzo blanco o de minerales de manganeso e, incluso, pintas de pirita.
La mayoría de los filones de jaspe poseen en profundidad minerales de manganeso en mayor o menor cantidad y ley, pero hay algunos de estos últimos que no se presentan recubiertos o englobados en dichos jaspes. La típica indicación de los criaderos de manganeso son las tierras teñidas de óxidos de manganeso negro o las pizarras manganesíferas de color violáceo.
Aún se encuentran muchos afloramientos de jaspe en la provincia totalmente intactos y otros que sólo han sido trabajados en los primeros metros, en labores poco profundas. Los yacimientos más potentes, los más próximos o mejor comunicados con los pueblos y los que a poca profundidad dieron potencias mineralizadas de interés son los únicos que han dado lugar a explotaciones industriales y los vamos a reseñar a continuación.
MINA LA ISABEL
Se encuentra en término de El Almendro, punto clave del paso del FC. del Guadiana y comienzo de la actual Vía Verde del mismo nombre. Aquí existieron dos filones aflorando con pequeños crestones de cuarzo, sin que asomasen los típicos jaspes, que aparecieron después en las labores.
La mina fue trabajada en sus últimos años de producción por el Consejo Ordenador, que realizó varias labores de arranque y exploración. En la zona Poniente abrió un contrapozo desde el nivel de 40 metros hasta por debajo del 70, en el que siguió una guía de mineral y jaspe, con unos 40 centímetros de carbonato. En la zona Levante encontró el Consejo unas bolsadas de óxidos y peróxidos en los dos filones, y realizó labores de investigación cortando unas ramificaciones de carbonatos en el nivel 52, que no continuaron en el 70. La Zona Central es la más importante, habiendo producido en el siglo pasado unas 90.000 toneladas de mineral.
Fue tan importante la actividad en esta zona y, más concretamente en el poblado, que actualmente se conserva perfectamente la típica arquitectura de cuarteles en las viviendas y, que a veces, para no caer en el olvido, se dan nombres a las casas de la relación que se tuvo con el pasado minero, como es el caso de una casa rural denominada “Casa del Manganeso”, así como otras actividades de potenciación el turismo rural (http://laminarural.com/).
MINA SAN SEBASTIÁN
Situada en el término de El Almendro, en los parajes Las Pernadas y Huerta Ramírez, a unos 4 kilómetros al oeste de El Granado. Tiene acceso por un corto carril que parte del punto 10.100 metros de la carretera de Villanueva de los Castillejos al Granado.
Fue explotada hacia el año 1890 y, posteriormente, entre 1900 y 1906. Las labores más interesantes son una corta de 30 metros de larga por 20 de ancha y 10 de profundidad, y un pequeño socavón de unos 35 metros que, partiendo del borde de un arroyo, llega hasta el nivel inferior de la corta, donde se encuentra un contrapozo de 18 metros.
No se han realizado trabajos mineros en los últimos años, interesando comprobar el estado en que quedaron las labores profundas, pues, según informes recogidos en El Granado, el pozo del fondo de la corta tiene una galería al Sur enfrentada en mineral rosado.
MINA LA GONZALA o GOZALA
Se encuentra en el término de Villanueva de los Castillejos, en las inmediaciones a la carretera que une este pueblo con San Bartolomé de las Torres. Esta mina ha sido algo explotada en épocas anteriores, pero las mineralizaciones que se encontraron no fueron extensas ni de buena calidad. Tiene una pequeña corta y varios pozos y trancadas, de los que se extrajeron óxidos, carbonatos y silicatos de manganeso, que se presentaban en filones estrechos y rara vez concentrados en bolsadas. En su última etapa de actividad se realizaron trabajos de escasa envergadura, sin llegar apenas a servirse de la mecanización hecha con la ayuda del Consejo Ordenador.
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