Los minerales fueron destinados a las fábricas de productos químicos franceses y, después, también a Inglaterra, Alemania y Estados Unidos, para aprovecharlos en la industria de los tejidos y, desde 1878, en la del acero. Según datos extraídos del Archivo Histórico Provincial de Huelva, Puebla de Guzmán tuvo 347 registros mineros de mineral de manganeso, de entre los cuales 20 fueron permisos de investigación, 16 concesiones de propiedad y tan sólo 3 concesiones de explotación (todas ellas llevadas a cabo por la Sociedad Hijos de Vázquez López). Aparecen nombres de minas como Santa Rosa, La amistad, La Malutera, La Becerra, La Vaca, San Pedro, El Novillo, El Torito, Santo Domingo, Virgen de la Peña, San Ignacio, La Codiciada, Aventurera, etc.
El primer registro minero de manganeso data del 28 de febrero de 1859, para la mina “La Virgen de Bella”, cuyo solicitante fue D. Modesto Sánchez. El último tuvo lugar el 4 de julio de 1974 para la mina “San Cristóbal”, solicitado por D. Pedro Ponce Ponce. Pero de todos los registros mineros, el más importante y en el que se llevó a cabo la actividad minera de explotación del manganeso para su exportación fue en la mina “El Toro”. El terreno que ocupa esta concesión denominado "Barranco de El Toro”, se halla a una distancia de 12 kilómetros de Puebla de Guzmán, unido por la carretera de Ayamonte-Aracena y una pista de 6 Kilómetros de la mina "EL TORO”.
Este grupo minero fue propiedad de Hijos de Vázquez López, está constituido por "El Toro" núm.7.591, "Ampliación a “El Toro", núm.13.128, "2ª Ampliación a El Toro", núm. 13.214 y "3ª Ampliación a El Toro", núm.13.375. Como la explotación de manganeso en este grupo minero se llevó a cabo hasta una profundidad de 70 metros contando este nivel a partir de la boca del pozo maestro y considerando que si continuaban la explotación en la forma que se llevaba, habría de tardar muy poco tiempo en efectuarse las labores dentro de la concesión solicitada, por tanto no se creyó conveniente realizar trabajos de investigación ni preparatorios previos, puesto que en su día la explotación en este permiso sería continuación y aprovechamiento de las galerías y pozos de servicio en este grupo minero; por consiguiente y por no haberse encontrado en el terreno demarcado ni en sus proximidades la presencia de wolframio, berilio, pizarras bituminosas, uranio ni minerales radioactivos, estaba este término municipal libre para piritas de hierro ferrocobriza, y es por lo que estimó que el Ingeniero de Minas que suscribió el permiso de explotación, autorizara el no hacer trabajos de investigación ni preparatorios por las razones antes dichas. Se encuentra este denuncio minero al noroeste del poblado de Puebla de Guzmán, en el paraje conocido por “Las Umbrías” distando del citado pueblo uno 10 kilómetros en línea recta. Como vías de comunicación tenía un carril, en buenas condiciones de conservación y que perteneció a la razón social de “Hijos de Vázquez López”, titular del coto minero “El Toro”.
La concesión estuvo compuesta por 78 pertenencias (PERTENENCIA MINERA: ha sido la unidad fundamental del Dominio Minero. Tanto sus dimensiones como el número de Pertenencias que constituían el Dominio han ido variando a lo largo de la Historia, de tal forma que, según la Ley de Bases de 1.868, se establece la Pertenencia Minera como un paralelepípedo de profundidad ilimitada y de base un cuadrado de 100 metros de lado. Una concesión debía de tener al menos cuatro Pertenencias yuxtapuestas), formando un rectángulo con los lados mayores de 1300 metros y orientados en dirección E-O y por los menores de 600 metros en dirección N-S aproximadamente.
Según datos facilitados por antiguos vecinos de Puebla de Guzmán y que decían haber trabajado en este denuncio, se deduce que la explotación la hicieron con empleo de medios muy rudimentarios y que el tonelaje que extrajeron no debió rebasar las 100 toneladas. Esta concesión tenía como labor antigua un pozo de 15 metros de profundidad y una sección de 1,75 x 1,50 metros y una galería en dicho nivel que en dirección Sur cortaba al filón de manganeso, así mismo se encuentra cerca una excavación en forma de corta de poco perímetro y profundidad.
El Toro ha sido la mina de manganeso más importante de la zona, tanto por sus buenas leyes como por la regularidad con que se presentaba el criadero. Este apenas si mostró afloramientos, apreciándose al sur de la corta antigua tan sólo un banco de jaspes de unos 5 metros de anchura por 35 metros de corrida. Este jaspe, sin embargo, constituye la caja de la mineralización explotada. La explotación de esta mina comenzó por peróxidos en el año 1885, fecha en la que se inició la cantera o corta para continuar arrancando los carbonatos o «piedra careta» casi sin interrupción hasta el año 1922 que quedó paralizada, reanudando la actividad hacia 1937 o 1938.
Las más antiguas producciones que hemos encontrado de El Toro corresponden a 1907, con 4.833 toneladas, y al 1908, con 2.425. El 1 de mayo de 1951 se aprobó el suministro de energía eléctrica para las labores de interior y exterior, que sirvieron para la electrificación de las instalaciones y el aumento de la producción como denotan los más recientes embarques de 1.093 toneladas en 1952 y 3.245 en 1953, para pasar a 5.279 toneladas en 1954, al hacerse cargo de la gerencia de la entidad explotadora don Joaquín Domínguez Roqueta. Las labores de El Toro pararon en febrero de 1960 como consecuencia de la desaparición del Consejo Ordenador, al igual que aconteció en las demás minas que explotaba Hijos de Vázquez López, pero afortunadamente se reanudaron los trabajos, aunque con ritmo restringido, en agosto de 1961, hasta su caducidad.
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