Fue explotada en época romana. El 13 de julio de 1564 se otorgó un permiso en la Sierra de San Cristóbal (San Miguel) para beneficiar oro, plata y otros metales. Hacia 1851 – 1853 se otorgaron las concesiones San Miguel y San Bernardo, entre las más antiguas de Huelva. Pronto se vendieron a Solá Hermanos que organizaron una próspera explotación subterránea por huecos y pilares, aunque poco después iniciarían un primer desmonte a cielo abierto en la parte occidental de la masa. Se producían unos 40.000 quintales al mes de mineral, que eran beneficazos in situ en una fundición de hornos de manga y reverbero accionados por energía hidraúlica y también por calcinación al aire libre. En 1853 recibió la visita de Ernesto Deligny durante su fructífero viaje a Huelva. En 1868 quedó paralizada. En 1888 se hizo cargo de la mina Companhia Mineira de San Miguel que continuó la explotación de la corta durante unos años hasta su venta a la sociedad inglesa The San Miguel Copper Mines Co., Ltd. Esta compañía continuó la explotación hasta 1917, siendo la etapa de mayor esplendor en la historia de esta mina. En 1919 compró la mina su último director Erick Mackay Heriot, perteneciendo las concesiones desde entonces a sus sucesores. Poco se hizo desde entonces, salvo algunas labores de recuperación y rapiña en las zonas de mayor ley de la mina subterránea. En 1926 se inició la inundación y desagüe cíclicos de las labores para tratar las aguas cobrizas por cementación. Entre 1904 y 1919 un ferrocarril de vía estrecha propio (762 mm .) de 18,3 Km . llevaba la producción de las minas a El Tamujoso, donde se transbordaba a vagones de la Compañía del FC de Zafra a Huelva. En octubre de 1959 la sociedad Productos Químicos de Huelva, S.A. filial de la Compañía de Riotinto, arrendó San Miguel y modernizó un pequeño lavadero para producir concentrados de pirita a partir de los azufrones existentes. En esa etapa la corta se ensanchó hasta sus dimensiones actuales y se realizaron investigaciones en el área circundante. La explotación finalizó en 1970. Entre 1980 y 1981, Río Tinto Minera, S.A. investigó y explotó gossan de los vacies de San Miguel, transportándolo a Riotinto para tratarlo en la planta de cianuración de Cerro Colorado. A finales de la década de 1990, Minas de Río Tinto, S.A.L. investigó de nuevo para oro y plata los vacies y la montera de esta mina, sin éxito.
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